
Washington, D.C. – El presidente Donald Trump notificó formalmente al Congreso de los Estados Unidos que el país se encuentra en un “conflicto armado no internacional” contra los cárteles de la droga, en lo que analistas consideran un movimiento sin precedentes en la política de seguridad norteamericana.
La comunicación oficial, enviada esta semana a legisladores, designa a estas organizaciones criminales como “combatientes ilegales”, lo que otorga sustento jurídico a recientes operaciones militares ejecutadas por fuerzas estadounidenses en el Caribe y en zonas fronterizas. De acuerdo con reportes internacionales, dichas operaciones habrían dejado al menos 17 muertos, presuntamente vinculados al narcotráfico.
La Casa Blanca defendió la medida al señalar que no implica una declaración de guerra en términos constitucionales, sino una interpretación legal que permite aplicar el derecho de los conflictos armados en la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, legisladores demócratas y algunos republicanos cuestionan la decisión, al considerar que la Constitución reserva al Congreso la potestad de declarar la guerra.
Expertos en derecho internacional también han advertido que esta notificación podría abrir la puerta a un uso más amplio de la fuerza militar contra actores no estatales, lo que podría escalar tensiones en la región. Trump, por su parte, reiteró que su administración está decidida a “erradicar a los cárteles con la misma contundencia que a cualquier otra amenaza contra la seguridad de Estados Unidos”.
El memorando se enmarca en un contexto de intensificación de las operaciones antinarcóticos, mientras persiste el debate interno sobre hasta dónde puede llegar el poder ejecutivo en la utilización de recursos militares sin la autorización expresa del Congreso.